Cena de amigas

Se llamaba Ana y su estatura era inversamente proporcional a su agudeza y entusiasmo. No necesitaba ser alta para destacar, porque era lista. Como Noelia, que con un par de frases es capaz de hacer germinar el gusanito de la curiosidad en cualquier mente inquieta.

Eva nació en Fez hace 58 años y acaba de publicar «Happycracia», un ensayo en el que nos alerta, una vez más, de la preocupante reactivación de la individualidad. Ana hizo que una obtusa mente de letras se interesara por el universo cuántico. Consiguió que esa mente amara los teoremas y se planteara cuestiones hasta entonces inadmisibles y, para colmo, complejísimas. Es por culpa de Ana que ahora esa mente considera la ciencia como la más mágica de las disciplinas.

Noelia es absolutamente consciente de la mierda de mundo que tenemos, son palabras suyas y la razón está de su lado. Al igual que Eva, conserva una mirada marxista y es elegantemente dura con todos los vicios que nos ha impuesto el capitalismo. Marina es partidaria de cambiar el lenguaje instituido para multiplicar las voces y los mundos. Habla del sexismo del lenguaje, se refiere a él con fiereza, apuntando con el dedo la violencia que emana de su relación con el poder.

Las cuatro son mujeres que trabajan activamente por hacer de este mundo sin futuro un lugar mejor, no solo en el futuro, sino también en el presente. De alguna manera, las cuatro son idearias y herederas del 15M, aquél movimiento que surgió en mayo del 2011 y que sigue agrietando los cimientos más casposos de este país.

En Happycracia, Eva aporta su visión sociológica sobre el mercadeo al que el capitalismo somete a las emociones y denuncia el YO, MI, ME, CONMIGO en bucle en el que estamos instaurados.

Hay una quinta mujer, Roxane Gay, que dice que es mejor ser una mala feminista que no serlo en absoluto.

Eva, Noelia, Marina y aquella profesora de Filosofía de la Ciencia. Ah, y Roxane. Hoy cenamos juntas, las seis.

«En la actualidad existe un rango muy amplio de elección. Hay una hipersexualización de las relaciones, una asimetría entre hombres y mujeres porque los hombres dominan el mercado de la elección de pareja. El varón dispone de una muestra de la cual sacar una pareja mucho más amplia que las mujeres y es por eso que tienen dominio sobre la elección». Eva Illouz. Socióloga.

«El liberalismo no nos hizo más libres ni contribuyó a la emancipación de las mujeres. A lo sumo propició una toma de conciencia de que éstas eran seres sexuados y que tal cosa tenía unas consecuencias sociales y políticas y no otras. Las que tenía eran en todo caso funcionales y parte del orden liberal». Noelia Adánez. Doctora en Ciencias Políticas y Sociología.

«Hace 25 siglos, en Grecia, una serie de voces se alzaron contra esta forma de dogmatismo. Los filósofos, que no se fían ni de sus propias opiniones, plantearon una distinción importante: que todo el mundo desee saber y pueda hacerlo no significa que todas las opiniones valgan. Poder pensar y poder decir significa, precisamente, poder someter nuestras opiniones al examen de una razón común, es decir, de una común capacidad de razonar acerca de ellas». Marina Garcés. Filósofa.

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