El 8 de marzo de 1857, un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones laborales.
100 años después, en noviembre 1957, se lanzó al espacio el primer ser vivo. Era hembra y se llamaba Laika. En 1962, Valentina Tereshkova fue elegida entre 400 candidatas para cruzar el espacio en una de las naves Vostok y el 16 de junio de 1963 despegó de la base Vaikonur. Se convirtió, así, en la primera mujer en viajar al espacio, después de que lo hicieran varios hombres tanto en Rusia como en Estados Unidos. Valentina dio 48 vueltas a la tierra y estuvo en el espacio dos días. Su viaje se usó con fines propagandísticos comunistas, pero Valentina no aceptó que aquello solo hubiera sido un viaje propaganda, ya que se preparó para ello de forma exhaustiva y fue una misión que le pudo costar la vida.
166 años antes, el 30 de agosto de 1797, nacía Mary Wollstonecraft Godwin, más conocida por Mary Shelly. Era hija de una de las primeras feministas, la filósofa y escritora Mary Wollstonecraft, autora de “Vindicación de los derechos de la mujer” y de uno de los primeros anarquistas, el filósofo William Godwin.
Por la casa de Godwin pasaban poetas, filósofos e inventores, por lo que Mary conoció de primera mano a la intelectualidad de la época. Escuchaba con asiduidad a poetas e inventores y su padre la llevaba a conferencias sobre electricidad. Todo ello dejó huella en su obra más famosa “Frankenstein o el moderno Prometeo”, que eclipsó a la propia autora y al resto de sus obras durante años. Según algunos historiadores, Mary usó la ficción gótica para explorar el deseo sexual femenino reprimido y escondió, tras las imágenes ficticias de Frankenstein, su miedo y su vergüenza a considerarse una escritora de verdad.
En septiembre de 1179, 618 años antes, nacía Hildegarda de Bingen, la primera abadesa que habló de liberación sexual femenina. El feminismo más prematuro se debe a sus ideas revolucionarias sobre medicina, música, política o sexo. En su época, solo había tres destinos para una mujer: esposa, religiosa o sirvienta, por lo que tuvo suerte de que sus progenitores tuvieran para ella un destino monacal. Solo así pudo instruirse y gozar de cierta libertad. No aparece en muchos libros de texto, pero se convirtió en una de las figuras más influyentes de la Edad Media, a pesar de disimular su talento y su sabiduría para «aplacar las posibles iras masculinas».
Tres mujeres, tres épocas y tres legados más que hay que visibilizar, recordar y poner sobre la mesa de debate en la semana del día Internacional de la Mujer.
Vindicación de los derechos de la mujer
«Quiero al hombre como compañero; pero su cetro, real o usurpado, no se extiende hasta mí, a no ser que la razón de un individuo reclame mi homenaje; e incluso entonces la sumisión es a la razón y no al hombre. De hecho, la conducta de un ser responsable debe regularse por las operaciones de su propia razón,
si no ¿sobre qué cimientos descansa el trono de Dios?».
Mary Wollstonecraft