Dolores Devesa fue una mujer privilegiada. También lo fue María Teresa León. Ambas nacieron en el seno de familias acomodadas. Dolores estudió en el Liceo Francés de Barcelona en una época complicada para España y María Teresa en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid, titulándose en Filosofía y Letras.
Ambas tuvieron acceso a la cultura desde muy pequeñas. Para Dolores, el cine fue su pasión. Para María Teresa lo fue el teatro y el activismo político. Dolores fue Jefa de Documentación de la Filmoteca Española y una de las investigadoras más relevantes de su época. María Teresa fue una de las impulsoras de la Alianza de Intelectuales Antifascistas durante la Guerra Civil y es autora de ‘Memoria de la melancolía’, una de las mejores obras de memorias de su generación. Además, fue la encargada de evacuar los cuadros del Museo del Prado cuando bombadearon Madrid en noviembre de 1936.
A pesar de su cuna privilegiada, ambas mujeres han permanecido a la sombra incluso de su importante legado cultural y político.
Este año, la Filmoteca homenajea a Dolores programando cinco de sus películas favoritas, en una de ellas trabajó como documentalista: ‘Soldados de Salamina’. Además, la biblioteca de la Filmoteca Española, que ella puso en marcha en 1976, pasará a llamarse Biblioteca Dolores Devesa. Por su parte, María Teresa ha subido a los escenarios de la mano de Susana Hornos y Carolina Román, en una obra de teatro que homenajea su figura : ‘María Teresa y el león’.
Dos melancolías invisibilizadas que ahora, en este siglo XXI, logran asomarse al mundo que un día dejaron huérfano para demostrar que no fueron musas, sino artistas.
Memoria de la melancolía
«La memoria puede tener los ojos indulgentes, Ya no llegan a nosotros los ruidos vivos sino los muertos. Memoria del olvido, escribió Emilio Prados, memoria melancólica, a medio apagar. memoria de la melancolía. No sé quién solía decir en mi casa: hay que tener recuerdos. Vivir no es tan importante como recordar. Lo espantoso era no tener nada que recordar, dejando detrás de sí una cinta sin señales. Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria».
María Teresa León